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Las máscaras faciales se están volviendo cada vez más frecuentes en los campos de fútbol. Por supuesto, ejemplos de alto perfil como Son Heung-Min o Josko Gvardiol en el Mundial de 2022, y Kylian Mbappé en un partido de clasificación para la Eurocopa de 2024 han puesto de relieve las lesiones faciales.
Pero dejando a un lado los casos famosos, las estadísticas muestran que el fútbol es mucho más conocido por las lesiones faciales de lo que la mayoría cree. Un estudio encontró que hasta el 75% de las fracturas faciales relacionadas con el deporte ocurren solo en el fútbol.
Entonces, ¿deberían más jugadores usar mascarillas protectoras? Este artículo profundiza en los pros y los contras de usarlos y las implicaciones de llevarlos a la cancha.
Protección contra una nueva lesión
La razón número uno por la que los jugadores de fútbol usan mascarillas es para protegerse de lesiones mayores. Después de una lesión facial, uno quiere volver al campo, pero el riesgo de empeorar la lesión es real.
Ahí es donde entra la máscara.
Actúa como un escudo, protegiendo tu rostro de más daños durante los duelos aéreos o el impacto del balón. ¿La mejor parte? Estas máscaras están hechas a medida para adaptarse a su rostro, lo que significa que distribuyen la fuerza de manera uniforme, lo que reduce la posibilidad de un impacto directo en un punto vulnerable.
Facilitar la curación y el regreso temprano
Lo entendemos: cuando estás lesionado, todo lo que quieres hacer es volver a la acción. Las mascarillas faciales ayudan a que eso suceda. Al darle tiempo a su lesión facial para que sane y al mismo tiempo permitirle jugar, las máscaras pueden acelerar su regreso al campo. No estarás atrapado mirando desde el margen por tanto tiempo.
Además, permanecer en el juego ayuda a mejorar la agudeza mental y la forma física, lo que significa que no perderás tu progreso. Para jugadores clave o durante una parte importante de la temporada, regresar antes al equipo puede marcar la diferencia.
Beneficios psicológicos
Usar una mascarilla no se trata solo de protección física: también ayuda mentalmente. Saber que tu rostro está protegido puede darte la confianza para realizar tacleadas o remates de cabeza sin dudarlo. Es como tener una red de seguridad que le permite concentrarse en jugar en lugar de preocuparse por su lesión.
Para algunos, la máscara incluso se convierte en una insignia de dureza, lo que demuestra que han regresado más fuertes de la adversidad. Ya sea para aumentar la confianza o convertirse en un símbolo de resiliencia, estas máscaras ofrecen más que solo protección.
Impacto potencial en el rendimiento
Si bien la protección suena excelente, las máscaras no son perfectas. Si no te queda bien, podrías terminar con molestias, irritación de la piel o incluso problemas con la respiración o la visión. Estos pueden parecer pequeños, pero cuando estás tomando decisiones en una fracción de segundo en el campo, cualquier distracción menor puede ser costosa .
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Algunos jugadores descubren que su visión periférica se reduce y eso podría afectar la conciencia espacial, una habilidad crucial necesaria en el fútbol . Agregue los problemas de comunicación si la máscara amortigua su voz y queda claro que conseguir el ajuste correcto es esencial.
Cumplimiento normativo
No es tan simple como decidir usar una máscara: existen reglas. Las ligas profesionales tienen regulaciones sobre qué tipo de equipo de protección está permitido, y las máscaras faciales se incluyen en ellas. Algunas ligas son más estrictas que otras, lo que significa que puede haber mucha burocracia antes de poder usar uno en los juegos oficiales.
La equidad también es una preocupación. Si una mascarilla ofrece una ventaja, como una mejor protección o confianza, ¿todos deberían usarla? Es un equilibrio complicado entre la seguridad de los jugadores y el mantenimiento de la equidad en la competencia.
Costo y accesibilidad
Este es el trato: las mascarillas faciales hechas a medida no son baratas. Están diseñados con materiales de alta calidad y creados específicamente para la cara de cada jugador, por lo que el costo aumenta. Para los atletas de élite, esto podría no ser un problema, pero para los jugadores de niveles inferiores o las ligas juveniles, el acceso a estas máscaras podría ser limitado.
Además, se necesita tiempo para diseñar y fabricar una máscara personalizada, tiempo que un jugador lesionado quizás no tenga. El alto costo y la inversión de tiempo hacen que sea un desafío para todos usarlos, especialmente en los niveles más bajos del juego.
El veredicto sobre las mascarillas de fútbol
Las mascarillas son herramientas valiosas para proteger a los jugadores de lesiones mayores, pero no están exentas de desventajas. Ya sea el costo, las regulaciones o el posible impacto en el rendimiento, hay varios factores que se deben sopesar antes de decidir si las mascarillas deben usarse ampliamente. A medida que la seguridad de los jugadores siga siendo una prioridad y la tecnología mejore, es posible que veamos más máscaras en el campo. Pero por ahora, siguen siendo una solución situacional más que universal.
Aquí en Storelli todavía tenemos que hacer una mascarilla. Pero aunque (todavía) no estamos en el juego de fabricar protección facial, definitivamente somos rigurosos en la prevención de lesiones. Entonces, si desea prevenir una lesión facial secundaria, use una mascarilla facial si está dispuesto y es capaz. No duele, pero la nariz rota sí.
Dicho esto, no te olvides de la protección para la cabeza. Se demostró que nuestro protector de cabeza ExoShield reduce las fuerzas de impacto en un 84 % y las fuerzas G en un 50 %, lo que significa que puede reducir el riesgo de conmoción cerebral y daño subconmocional.